La rebeldía de la juventud y la revolución biológica

La rebeldía de la juventud y la revolución biológica

Por, Jonathan Cordero.


Hace unos días, en el marco de una actividad formativa, escuche a un profesor que, sin conocerlo bien, ya se ha ganado mi aprecio debido a su vasto conocimiento; decir aquella frase célebre de Salvador Allende, que siempre sacamos a relucir como un mantra para motivar, exaltar o tratar de encender esa llama en la juventud: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

 

Esta pequeña frase, que contiene un mensaje sumamente grande; fue dicha por el presidente chileno en su discurso a la juventud estudiantil en la universidad de Guadalajara en la república mexicana, el 2 de diciembre de 1972.

 

En su momento Allende hablaba a la juventud universitaria y a los que él consideraba viejos jóvenes, pero su mensaje no quedo en el olvido, es un mensaje que se ha mantenido y perdura en el tiempo.

 

Pero hasta ahí, todo bien.

 

El problema siempre esta cuando nos convertimos en meros repetidores de frases y consignas de manera vacía. Solo por decirlas, por repetirlas sin realmente sentirlas o creerlas. ¿Por qué digo esto?

 

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra REVOLUCIONARIO es sinónimo de innovador, renovador, reformador, transformador, inventor, modificador, subversivo, original, rebelde, insurrecto, insurgente y agitador.

 

Y una PERSONA REBELDE es aquella que se opone a la autoridad, las normas o las convenciones sociales, manifestando resistencia o desobediencia.

 

Y una persona revolucionaria aboga sin miedo por un cambio radical. Las personas y las ideas revolucionarias desafían el statu quo y pueden ser violentas o estar dispuestas a alterar el orden natural para lograr sus objetivos.

 

Pero después de esta explicación y aclaratoria de significados, volvamos al inicio de esta reflexión.

“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

 

Biológicamente, las especies evolucionan según la adaptación al ambiente en el que habitan. Esto nos lleva a que el principal desafío evolutivo es la capacidad de las especies para adaptarse a cambios ambientales, como los climáticos o la pérdida de hábitat.

 

Es a mi entender, que si biológicamente, no nos adaptamos (hacer revolución) a un nuevo ambiente, rebelándonos al viejo, corremos el riesgo de desaparecer y extinguirnos.

 

El asunto es que luego que tan apreciado profesor dijera a un grupo de jóvenes aquellas palabras tan hermosas y motivadoras de Allende, se quejó abiertamente de la actitud rebelde y anti sistema de uno de esos jóvenes estudiantes a quien dirigió dichas palabras; demostrando una vez más mi punto de que no podemos ser meros repetidores de consignas (Comuna o Nada, Patria o Muerte; Patria, Socialismo o Muerte, Etc.) si la consigna es vacía, sin hechos reales que justifiquen o materialicen las mismas.

 

Ahora, también es de entender que la cronología biológica que diferencia las edades y generaciones, también nos lleva a no comprender los códigos y actitudes de la juventud y la de las personas mayores. Pues sin importar la edad o generación, siempre creeremos que nosotros nos las sabemos todas y que de alguna forma u otra somos o contamos con una moral mayor y más elevada sobre el otro, pensando que nuestro método, pensamiento, ideal e ideas y todo lo demás es el correcto e inquebrantable camino a la verdad verdadera sin mancha alguna; volviéndonos meros defensores y conservadores del sistema, ese sistema que las nuevas generaciones vienen a cambiar en una REVOLUCIÓN BIOLÓGICAMENTE CORRECTA. Claro está que más adelante ellos también serán fieles defensores y conservadores de sus propias ideas ante una nueva generación que se levantara y así continuara este ciclo interminable. Ejemplo de ello la evolución de la rana, que pasa por cuatro etapas para al final iniciar una nueva generación. Recordemos que en ocasiones las ranas adultas terminan comiéndose a los pequeños renacuajos que viene creciendo, cuando el ambienté se vuelve hostil en materia de alimentación.

 

Para concluir esta reflexión, considero que lo ideal es tratar de dejar de lado nuestros egos y buscar las similitudes de idea entre generaciones para canalizar las trasformaciones necesarias que nosotros, los jóvenes y los mayores quieren. Pues al final podemos querer lo mismo solo que lo queremos alcanzar por vías distintas con métodos de acción distintos los unos del otro.

 

Pero como ya les dije, todos biológicamente debemos adaptarnos al ambiente en el que habitamos para sobrevivir. Pero, no en el discurcismo repetitivo vacío, sino con acciones reales, concretas, que verdaderamente transformen la sociedad que tenemos en la que queremos; tratando de canalizar esa rebeldía revolucionaria de la juventud y esa rebeldía revolucionaria de quienes son mayores.

 

Pues al final no somos tan diferente como creemos ser.

 

 

 

 

 

Jonathan Cordero

@jjcordero-92

4 de diciembre de 2025




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